domingo, 11 de mayo de 2008

LA AMA DE CASA


La sociedad nos asigna unos roles y unos valores: se supone que lo que más nos importa es el bienestar de quienes nos rodean, que somos pacientes y fuertes para sostener los problemas familiares, que uno de nuestros mayores deseos es ser madres son sólo algunos aspectos de lo que hasta ahora se entendí­a que era "natural” en la mujer.Según esto debemos criar y educar a nuestros hijos e hijas, atender a las personas mayores o enfermos, dar cariño, cuidados y apoyo a nuestra familia, mantener limpia la casa, la ropa, cocinar Todo este trabajo que realizamos no está reconocido ni valorado socialmente, es un trabajo monótono y a la vez invisible.Algunas mujeres, además, nos sentimos infravaloradas por nuestra pareja, de quien en ocasiones, dependemos económica y afectivamente. Nos da vergüenza comentarlo y sufrimos en silencio.Poco a poco vamos sintiendo que no podemos más, que a pesar de nuestro esfuerzo, nada sale bien, nadie valora lo que hacemos y estamos solas. Nuestro cuerpo se resiente, tenemos dolores, molestias, angustia, intranquilidadAcudimos al médico para que nos digan el porqué de esta ansiedad y nos dicen que son los "nervios”. Nos dan pastillas contra el dolor, pastillas para no sentirnos tristes, pastillas para dormir, para relajarnos, para poder levantarnos por la mañana Algunas, poco a poco, comenzamos a cambiar las dosis por nuestra cuenta, a cambiar un medicamento por otro que le funcionó a la amiga.Pero tanto medicamento no nos alivia, así­ que aumentamos la dosis y nos exponemos a hacernos dependientes.

Sí nos ponemos a pensar la solución a tantos dolores, cansancio e infelcidad no estaría en qué los miembros de la familia nos ayudara en las tareas del hogar.
Ya que en una familia no solo vive la madre, ¿por qué debe de hacer ella lo que es de todos?

No hay comentarios: